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Foto del escritorEduardo Elvir

¿Cómo lucho contra mi pecado?

Actualizado: 8 jun 2022

Imagina la pelea más larga y agotadora de tu vida, ahora imagina lo satisfactorio que sería encontrar la manera definitiva de vencer y someter a tu oponente.

Uno de los temas que más da vueltas en la mente de un hijo o una hija de Dios, y que puede producir mucha frustración y desesperación si no se logra controlar adecuadamente, es la lucha diaria contra el pecado.


Empecemos con lo básico

El pecado en la Biblia es transgresión de la ley de Dios, entendiendo que muchas acciones, actitudes, intenciones y pensamientos se oponen a lo que Dios ha determinado como bueno, correcto y santo.

La lucha es ardua y diaria ya que el enemigo, como dice la Escritura, no descansa y anda como un león rugiente buscando a su presa para devorarla. Inevitablemente, la pregunta surge: ¿Cómo luchar contra el pecado y salir victorioso? Veamos el consejo de la Palabra de Dios:


Tu victoria comienza en la cruz

Así es, la victoria no comienza en los esfuerzos humanos o en técnicas de dominio propio, comienza en la cruz.

Romanos 6:6-7 (NVI) nos dice “Sabemos que nuestra vieja naturaleza fue crucificada con él para que nuestro cuerpo pecaminoso perdiera su poder, de modo que ya no siguiéramos siendo esclavos del pecado; porque el que muere queda liberado del pecado.”


La «vieja naturaleza» es aquella que por nacimiento el ser humano trae por consecuencia de la caída de Adán y Eva en el huerto del Edén. Cristo, quién es nuestro Salvador, no sólo nos da vida eterna, sino que también en el mismo momento en que él fue crucificado, la naturaleza corrompida de todo aquel que acepta su sacrificio es puesta en la cruz y su poder anulado. El cristiano ahora tiene la elección y la libertad de no seguir viviendo conforme a los deseos pecaminosos porque aquello que lo dominaba sin darle opción, ha sido colgado en la cruz por el mismo Señor.


¿Ya fuiste a la cruz? Porque ahí es donde comienza tu victoria sobre el pecado.


Una búsqueda radical de Dios

Sé intencional, disciplina tu mente y llena tu espíritu de Él.

Ahora que el cristiano se da cuenta de la victoria comprada en la cruz por medio Cristo, es necesario que recurra a su Salvador como un hombre sediento que se encuentra en medio del desierto pero que a lo lejos ve un oasis de agua.


David menciona en el Salmo 51:10 (RVR1960) ― Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, Y renueva un espíritu recto dentro de mí. Él sabía dos cosas, que su corazón necesitaba ser limpiado y su espíritu renovado. La palabra de Dios es esa agua que nos limpia de nuestras imperfecciones y la oración es lo que conecta nuestro espíritu con Dios para ser renovados y fortalecidos desde lo más profundo de nuestro ser. Para vivir en una constante victoria contra el pecado es necesario limpiarnos al exponernos a su palabra y ser renovados mediante el accionar del Espíritu de Dios cuando oramos diariamente. Si el ataque es diario, entonces nuestra búsqueda de Dios debe ser radical y diaria.


¡Ten cuidado con las pequeñas zorras!


Un último detalle que es necesario tomar en cuenta en nuestra lucha contra el pecado son las pequeñas zorras espirituales que la Biblia menciona.

En el campo donde los campesinos plantan sus viñedos, es necesario que pongan cercas para proteger sus tierras, no de animales grandes, sino de pequeñas zorras que se escabullen por agujeros pequeños y terminan arruinando los frutos de la viña. Cantares 2:15 nos aconseja “Atrapen a las zorras, a esas zorras pequeñas que arruinan nuestros viñedos.” Y es que lo que más hace caer al cristiano en pecado son pequeñas cosas, actitudes y decisiones que no parecen ser peligrosas pero terminan arruinando su vida. Ten cuidado, la escritura nos llama a ser astutos y sinceros, no hay necesidad que un pastor se pare en un púlpito a indicar qué cosas debes evitar, tú lo sabes y más aún que ahora tienes al Espíritu Santo dentro de ti.


¡Pero gracias a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo!

1 Corintios 15:57 NVI


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