Trescientos años antes de la Reforma protestante, existieron algunos personajes que trazaron el camino, y dejaron un legado que facilitó la forma en que se dio este suceso.
Este acontecimiento se llama la Pre-Reforma. Los precursores son Pedro Valdo, John Wycliffe, Jan Huss y Girolamo Savonarola. Hombres que debido a su gran pasión por el evangelio, enfrentaron persecuciones y dificultades en su época, en aquel tiempo en que existían muchas ideas erróneas acerca del evangelio de Cristo, que mantenían a las personas alejadas de vivir un verdadero cristianismo.
Algunas de las doctrinas y prácticas erróneas de la iglesia en aquel tiempo, eran el purgatorio y la venta de indulgencias, la veneración de reliquias, las peregrinaciones, etc. Estos hombres, realizaron un gran aporte para que el mensaje del evangelio tuviera el alcance que tiene hoy en día.
Pedro Valdo, nacido en Lyon, Francia en 1170, tuvo un gran número de seguidores, llamados luego «los valdenses». Mientras más estudiaba las escrituras, más se contraponía a las doctrinas y estructuras del gobierno de la iglesia de Roma, lo que provocó su excomulgación y expulsión de la ciudad, por el cargo de violación de la prohibición de la predicación.
John Wycliffe, nació en Londres, Inglaterra en 1346. Se convirtió en un filósofo y teólogo. Su postura era en contra de la abundante riqueza de la iglesia, sin embargo, a pesar de las acusaciones y cargos levantados hacia él por herejía, fue un hombre valiente, que llevó las verdades del evangelio a una sociedad que cada vez estaba más alejada de Dios.
Jan Huss, nacido en República Checa en 1369. Se convirtió en un reconocido predicador. Estuvo en contra de muchas de las doctrinas y prácticas religiosas que contradecían la Palabra de Dios en ese tiempo, a las cuales se contrapuso a través de sus sermones. Los escritos de Wycliffe, sirvieron para afirmar su entendimiento y fe en las Escrituras.
Girolamo Savonarola, nació en Ferrara, Italia en 1452, predicaba a las personas en su idioma y no en latín, anunciando la gracia salvadora de Cristo mientras ofrecía críticas severas a prácticas inmorales de los líderes políticos y eclesiásticos de ese tiempo.
Todos comparten la similitud de haber sostenido posturas en contra de la inmoralidad de la iglesia, los abusos del papa de Roma y del clero en general, ser excomulgados, no haberse retractado de sus posiciones. Todos influyeron sobre el gran reformador que vendría años después: Martín Lutero.
A pesar de sus distintos orígenes y contextos de vida, todos tenían algo en común: entregaron sus vidas a Dios para ser usados y poder rescatar la autoridad de las Escrituras, predicándola en la lengua de todo el pueblo, a pesar de los peligros que conllevaba hacerlo durante ese tiempo.
«Y no se adapten a este mundo, sino transfórmense mediante la renovación de su mente, para que verifiquen cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno y aceptable y perfecto».
Romanos 12:2 (NBLA)
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