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Conoce a tu Dios: Trino y Eterno


En el primer artículo de esta serie hablamos acerca de la importancia de conocer al Dios que adoramos y que se nos ha revelado, y sobre dos de los atributos que describen Su naturaleza: La santidad y la omnipotencia de Dios. Si no lo has leído, te recomendamos que antes de continuar en este artículo, puedas leerlo haciendo clic aquí.


Hoy continuaremos hablando acerca de otros dos importantes atributos: La Trinidad y Eternidad de Dios.




El Dios Trino

El Dios revelado en las escrituras es un Dios Trino: Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo.


Es sumamente importante que comprendamos que ser trino no significa que Dios está dividido en tres partes iguales. Sino que, Dios es uno en esencia, y a la vez tres personas distintas.


Jesús es El Verbo hecho carne como el unigénito Hijo del Padre; por esa razón, miramos que Jesús constantemente nos reitera que el Padre es quien le enseñó lo que nos vino a predicar en forma de hombre, y que es Él quien lo glorifica. Y también, Dios envió al Espíritu Santo una vez que Jesús se fue (Jn 16:7).


Jesús se somete al Padre. Él es el Hijo Redentor que se sienta a Su mano derecha, es el Mesías; y en Él habita toda la plenitud de la deidad; es decir que, Cristo es completamente igual a Dios: «Pues en Cristo habita toda la plenitud de Dios en un cuerpo humano». Colosenses 2:9 NTV


El Espíritu Santo mora en todos los creyentes para dar testimonio de Cristo, para ser nuestro consolador, sellarnos como hijos de Dios, y para ayudarnos a interpretar Su Palabra. Así lo explicó Jesús cuando se acercaba el tiempo en el que ascendería con el Padre, asegurándole a sus discípulos que no los dejaría solos:


«Pero cuando Él, el Espíritu de verdad venga, los guiará a toda la verdad, porque no hablará por Su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y les hará saber lo que habrá de venir. Él me glorificará, porque tomará de lo Mío y se lo hará saber a ustedes. Todo lo que tiene el Padre es Mío; por eso dije que Él toma de lo Mío y se lo hará saber a ustedes». Juan 16:13-15 NBLA


Tal vez recordarás el momento en que Jesús fue bautizado por Juan el Bautista. En este pasaje podemos apreciar un increíble escenario en el que las tres personas de la trinidad interactúan entre sí:


Después de ser bautizado, Jesús salió del agua inmediatamente; y los cielos se abrieron en ese momento y él vio al Espíritu de Dios que descendía como una paloma y venía sobre Él. Y se oyó una voz de los cielos que decía: «Este es Mi Hijo amado en quien me he complacido». Mateo 3:16-17 NBLA


Para concluir, te invitamos a que puedas pensar en la Trinidad tomando en cuenta que, Dios es amor, y que cada uno de ellos cumple un rol importante para atraernos hacia Él y para que podamos experimentar Su gran amor:


Dios Padre ideó el plan de redención para salvar a Su pueblo. Dios Hijo obedeció al Padre al culminar este plan, y El Espíritu Santo es quien sella a cada creyente y derrama el amor de Dios en sus corazones. ¡El Dios Trino es un Dios de amor!


Puedes leer más acerca de la función que cada persona de la Trinidad lleva a cabo en la vida del creyente en el siguiente artículo: Romanos


«El hecho de que no podemos entender cómo es que Dios es uno en esencia, y a la vez tres personas distintas, debe servirnos de consuelo… Dios no nos ha pedido resolver el misterio de la Trinidad, sino que lo adoremos tal como se ha revelado». — Joe Owen


El Dios Eterno

La eternidad de Dios significa que su existencia no depende ni nunca ha dependido de nadie más. Él es autoexistente y autosuficiente. A diferencia de nosotros, los seres humanos, Dios no está limitado a un inicio o a un final. Nada nunca ha restringido u originado su existencia.


La infinidad de Dios con respecto al tiempo se llama eternidad. En otras palabras, Él es el significado de eternidad; por ende, todo lo que vemos y no vemos jamás sobrepasará Su soberanía. Consecuente a ello, criaturas con limitaciones como nosotros, encontramos esperanza en el ÚNICO que no las tiene.


Nuestra manera de vivir cambia, nuestra manera de ver el presente se transforma para agradar al Dios que está a cargo de dictaminar nuestro paradero en esta vida, y también después de la muerte. En el Único que tiene las respuestas a las mayores preguntas del ser humano: ¿Quién nos creó? ¿Por qué morimos?, etc. Podemos confiar en que Él tiene las respuestas correctas a las mayores incógnitas de la vida, de la misma manera en que el apóstol Pedro confiaba plenamente en que, Jesús es el único que nos brinda palabras y promesas de vida eterna (Jn 6:68).


Así como nuestro Dios nos da la respuesta sobre el origen y significado de la muerte, y sobre todo aquello que nos hace seres frágiles, limitados y finitos; Él también nos da la solución:


«Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a Su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en Él, no se pierda, sino que tenga vida eterna». Juan 3:16 NBLA


«Dios se hizo carne para intersecarse con nuestra historia, para que la barrera del tiempo fuera destruida por su eternidad, para que el ser humano no estuviera atado más a este mundo obscuro, hostil, frágil y cambiante. Dios vino a rescatarnos y darnos vida eterna. Confía en él, nunca te arrepentirás». — Josué Ortiz


Jesús nos prometió vida en abundancia en esta tierra, vida después de la muerte y también nuestra futura resurrección. Toda la gloria y honra sean para Él.


«…Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna» Juan 6:68b NBLA





No te pierdas la próxima semana el siguiente artículo donde leeremos acerca de: El Dios Inmutable y Omnisciente. Si deseas profundizar aún más en los atributos de Dios, puedes dejarnos tu comentario para brindarte valiosos recursos acerca de este fascinante tema.



Referencias Bibliográficas:

Melo, A., Flores, J. (2022) Conoce a tu Dios. Florida, Estados Unidos: Editorial Bautista Independiente (EBI).

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