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Foto del escritorAndrea Moreno

Creados para Su gloria, pero hay un problema…

«Vendrán todos los que me invocan como su Dios, pues para gloria mía los hice, yo los creé».

Isaías 43:7 NBV


Seguramente en más de una ocasión, te has podido preguntar cuál será el propósito de la vida, o cuál es la razón de la existencia de la humanidad, y más aún, cuál es exactamente el fin por el cual has sido creado. Ante todas estas inquietudes, el mundo nos bombardea con tantas respuestas que prometen ofrecernos la verdad. Sin embargo, no debemos olvidar que, como hijos de Dios, podemos confiar y acudir a la única Palabra de Verdad que existe para conocer la razón por la cuál hemos sido creados. Y esta es la respuesta que Dios nos revela en Su Palabra:


«Porque Dios nos escogió en Cristo antes de la fundación del mundo, para que fuéramos santos y sin mancha delante de Él. En amor nos predestinó para adopción como hijos para sí mediante Jesucristo, conforme a la buena intención de Su voluntad, para alabanza de la gloria de Su gracia que gratuitamente ha impartido sobre nosotros en el Amado».

Efesios 1:4-6 NBLA


Así como también pudiste leer en el título de este artículo, la razón por la que todo y todos hemos sido creados, es para la gloria de Dios. La gloria de Dios es un tema central que podemos apreciar en las páginas de la Biblia, de principio a fin. Sin embargo, no es tan fácil describirla. Sí lo es hablar sobre ella y repetir la conocida frase «Gloria a Dios», ya que a diferencia de una persona que no es creyente, los cristianos hemos reconocido la condición necesitada que tenemos como criaturas, de nuestro Creador. Somos conscientes de que le debemos honor y respeto a un ser superior.


Pero, la gloria de Dios es mucho más que eso. La gran insistencia y el deseo de Dios hacia Su pueblo y que podemos leer en la Biblia es, que Su gloria sea clara e íntimamente revelada a cada uno de Sus hijos. John Piper, es un pastor que hace un intento por definir la gloria de Dios y la describe de la siguiente manera:


«La gloria de Dios es la belleza infinita y la grandeza de las múltiples perfecciones de Dios».

Entonces, si de eso se trata la gloria de Dios, ¿Cómo podemos cumplir nuestro propósito de glorificar a Dios, y de experimentar esa belleza infinita y perfección?


Hay un problema…

Para empezar, en este artículo conoceremos el problema que enfrenta cada ser humano, y que nos impide en primera instancia, conocer y ser partícipes de la gloria de Dios:


«por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios»

Romanos 3:23 RVR60


Todo empezó con la entrada del pecado al mundo, como lo leemos en Génesis 3. El primer pecado de la humanidad fue precisamente querer usurpar el lugar de gloria que sólo le pertenece a Dios. Leemos que Eva obedeció a la voz de Satanás, y consideró el hecho y la posibilidad de que podía llegar a ser como Dios (Gn 3:5) y pecó. Hoy en día, continuamos cometiendo el mismo pecado, tanto creyentes como no creyentes, de una u otra manera.


Claro está que, todas las personas que no han reconocido a Jesús como Señor y Salvador están destituidas de Su gloria, ya que viven alejadas de la verdad de que hay un solo Dios merecedor de toda gloria y honra (2 Co 4:4). Ellos viven buscando su propia gloria y, se encuentran muertos espiritualmente (Ef 2:1). Claramente, una persona muerta no se encuentra ni siquiera consciente de su crítico estado, y no puede ver su necesidad de salvación.


Sin embargo, cuando una persona se arrepiente de sus pecados, es capaz de reconocer su condición y de ver su gran necesidad. Precisamente, este es el plan de Dios para la humanidad: ofrecer la redención que el ser humano tanto necesita, a través de Su hijo Jesucristo (Jn 3:16-17).


«Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que, siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros»

Romanos 5:8 RVR60


Es en ese momento de arrepentimiento genuino que toda persona tiene su primer encuentro con Jesús y es, en última instancia, lo que significa tener conocimiento de la gloria de Dios. Algunos de los términos bíblicos para describir esa experiencia son conversión (Hch 3:19), regeneración (Tit 3:5) y nuevo nacimiento (Jn 3:5).


Pero, esa experiencia no acaba ahí, o, mejor dicho, no debería de terminar ahí. El plan y propósito de Dios es que ese conocimiento y esa experiencia sean el anhelo, el deseo y deleite de nuestras vidas y corazones. Que sea lo que nos transforme en nuevas criaturas que le rinden todo el honor y gloria que solamente a Él le pertenecen y sólo Él merece.


Durante las próximas semanas, leeremos sobre cómo al ver, conocer y contemplar esa gloria, somos transformados y finalmente capacitados para proclamarla, cumpliendo así nuestro propósito y fin último para el cual hemos sido creados. De igual forma, conoceremos algunos personajes bíblicos que, al haber visto y contemplado la gloria de Dios, clamaron a Dios por más y fueron grandes ejemplos de cómo vivir el propósito de Dios en esta tierra.


Ya que, sólo al vivir plenamente nuestro llamado, dejamos de buscar en el mundo lo que sólo Dios puede proveernos: el continuo deleite y descanso que nuestras almas tanto anhelan y necesitan.



Al estar ante tu majestad

Tu belleza inigualable

Mis palabras siempre faltarán

Es tu gloria inexplicable

A la luz de tu inmensidad

Es tan poco lo que he visto

En expectativa y humildad

Una sola cosa pido

Yo quiero probar y verte



🎧 Canción: Probar y Verte - Majo y Dan

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