«Y el Señor, después que les habló, fue recibido arriba en el cielo, y se sentó a la diestra de Dios».
Marcos 16:19 RVR60
El mensaje del evangelio relata las buenas noticias acerca de la salvación que recibimos por gracia a través del Hijo de Dios. Nos enseña que Jesús obedeció al Padre al venir a la tierra, nacer como hombre y tomar forma de siervo; al morir y ser humillado en una Cruz; pero también al ser exaltado hasta lo sumo cuando resucitó de entre los muertos. Como puedes ver, el mensaje del evangelio nos habla acerca del nacimiento, la crucifixión y resurrección de Cristo. ¡Pero ese no es el final de la historia!
La Biblia y el evangelio nos relatan también acerca de la ascensión de Jesús, de ese glorioso momento en el que los discípulos presenciaron cuando el cielo recibió a su Maestro. La persona con la que habían compartido tres años de sus vidas, ahora estaba a punto de marcharse; pero no sin antes dejarles un regalo, una misión y una promesa.
Podemos leer acerca de esto en Hechos 1:1-11, y al igual que los discípulos, ser reconfortados con una esperanza inquebrantable en las palabras de Jesús.
El mejor regalo
«Juan bautizó con agua, pero dentro de pocos días ustedes serán bautizados con el Espíritu Santo. [...] Pero, cuando venga el Espíritu Santo sobre ustedes, recibirán poder…»
Hechos 1:5, 8a NVI
El poder del Espíritu Santo operando en y por medio de nosotros, ¡es el mejor regalo que como creyentes hemos recibido! El Espíritu Santo es la persona de Dios, Su presencia morando en nuestras vidas; enseñándonos, recordándonos las palabras de Jesús, y guiándonos a toda verdad (Jn 14:26, 16:13). Recordemos que cuando Jesús fue bautizado, el Espíritu Santo descendió sobre Él en forma de paloma, y lo capacitó para comenzar Su ministerio en la tierra: para sanar enfermos, liberar a los cautivos y realizar toda clase de señales y milagros. En otras palabras, para empezar a vivir y enseñar acerca del Reino de los Cielos aquí en la tierra.
Los discípulos tuvieron que esperar diez días después de que Jesús ascendió para recibir al Espíritu Santo, pero para los creyentes en la actualidad, Él ha prometido darlo sin ninguna demora a todo aquel que simplemente lo pida de corazón (Lc 11:13); pues Cristo desea utilizarnos por medio del poder de Su Espíritu donde sea que nos encontremos.
Nunca es tarde para detenerse por un momento, y reflexionar sobre qué es lo que realmente está guiando nuestras vidas, y si estamos evidenciando ese mismo poder que resucitó a Jesús de entre los muertos, en nuestro día a día (Ro 8:11).
«Por eso les digo: dejen que el Espíritu Santo los guíe en la vida. Entonces no se dejarán llevar por los impulsos de la naturaleza pecaminosa». Gálatas 5:16 NTV
La más grande misión
«…y serán mis testigos tanto en Jerusalén como en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra».
Hechos 1:8b NVI
Jesús continúa diciendo a Sus discípulos justo antes de ascender al cielo, que ese poder les permitiría ser verdaderos testigos de Él en la tierra. Es decir que, sin el regalo del Espíritu Santo morando en el creyente, este no puede hacer lo que Dios le demanda: la gran comisión de ir y hacer discípulos a todas las naciones (Mt 28:19-20). La verdad es que nosotros podemos hacer muchas cosas usando el nombre de Dios, pero sin ser fieles testimonios de quién es Jesús realmente. Por eso es tan necesaria la guía del Espíritu Santo, para que nos lleve siempre hacia la verdad. Y la verdad siempre nos llevará a Jesús, a Sus enseñanzas y mandatos que alumbran nuestro caminar en medio de un mundo lleno de mentiras.
Y, ¿Qué es ser un testigo? Es una persona que ha presenciado un acontecimiento y puede contar su propia experiencia de lo que ha visto, y de lo cual está convencido. Como cristianos, somos personas que hemos tenido un encuentro genuino con Jesús, y no podemos ahora callar de lo que hemos visto y oído. Por lo tanto, testificar acerca de Cristo no sólo con nuestras palabras, sino también con un estilo de vida consagrado a Él; es lo que realmente hará que las personas que aún no creen en Dios puedan ver al Jesús verdadero en nosotros y creer en Él. ¡Tenemos las mejores noticias que compartir, y la misión más importante que realizar en nuestras vidas!
¿Qué hicieron los discípulos después de que Jesús ascendió al cielo? Hicieron justamente esto, testificaron del inmenso amor de Dios: «Y los discípulos fueron por todas partes y predicaron, y el Señor actuaba por medio de ellos confirmando con muchas señales milagrosas lo que decían». Marcos 16:20 NTV
Una verdadera promesa
«De repente, se les acercaron dos hombres vestidos de blanco, que les dijeron: —Galileos, ¿qué hacen aquí mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido llevado de entre ustedes al cielo, vendrá otra vez de la misma manera que lo han visto irse».
Hechos 1:10b-11 NVI
Los discípulos quedaron viendo fijamente al cielo una vez que Jesús fue llevado a las alturas, hasta que una nube lo ocultó de sus vistas, y fueron interrumpidos por unos ángeles quienes les recordaron esta maravillosa promesa que ya habían escuchado antes por parte de Jesús; la promesa de Su segunda venida a la tierra. Pero esta vez, ¡Él vendrá en gran poder y gloria!
Precisamente, esta es la razón por la cual Jesús nos ha dado el regalo de Su Santo Espíritu, y la misión de ser Sus testigos en la tierra: ¡Porque Él ha prometido regresar pronto por Su Iglesia! No por el edificio o templo dónde se reúnen los cristianos, sino por aquellos cristianos que han hecho de ellos mismos un templo en el que Él ha podido habitar (1 Co 6:19). Jesús relató toda una parábola para confirmar esto, Él dijo que sólo aquellos que estén preparados y expectantes por Su regreso podrán verle cara a cara y ser libres de la ira de Dios que vendrá sobre aquellos que nunca le conocieron en verdad (Mt 25:1-13).
Recuerda el Evangelio: el regalo, la misión y la promesa
Las buenas noticias del Evangelio nos enseñan que, desde este lado de la eternidad, mientras haya vida, también habrá esperanza. Y la única verdadera esperanza la encontramos en Cristo Jesús, quien nos salva para que nosotros podamos ahora guiar a otros hacia el camino de la Salvación. La Biblia nos dice que este es un camino difícil, y que son pocos los que lo hallan (Mt 7:13-14).
Si tú ya has sido encontrado y salvado por Jesús, significa que ahora te encuentras transitando el camino angosto que lleva hacia la vida eterna, ese mismo camino que Jesús transitó y nos llama ahora a nosotros a seguir también. No es fácil vivir enfocándose en lo eterno, pero eso es lo que nos pide nuestro Señor. Debemos tomar nuestra cruz y negarnos a nosotros mismos si deseamos seguir Sus mismos pasos (Mt 16:24).
Si en verdad vives conforme al regalo del Espíritu Santo de Dios morando en ti; si vives cumpliendo gozosamente la misión para la cual Dios te ha llamado; y atesoras en tu corazón la promesa de que un día verás a Jesús cara a cara; podrás transitar victoriosamente por este camino que nos lleva de vuelta hacia los brazos de nuestro Buen Dios y Padre. El único camino, la única verdad y vida: Cristo Jesús (Jn 14:6).
«Enseñen a los nuevos discípulos a obedecer todos los mandatos que les he dado. Y tengan por seguro esto: que estoy con ustedes siempre, hasta el fin de los tiempos».
Mateo 28:20 NTV
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