La Biblia se divide en dos partes. La primera por el Antiguo Testamento, formado por 39 libros escritos por profetas en hebreo. La segunda parte es el Nuevo Testamento, formado por 27 libros escritos por Apóstoles en lengua griega. Ambas partes unidas forman 66 libros que hoy en día componen lo que conocemos como la Biblia, la cual fue escrita por aproximadamente 40 autores diferentes y en distintos periodos de la historia.
Es importante mencionar que parte de la Biblia no existía originalmente en forma física, sino que comenzó de manera oral. Las personas contaban historias de Dios y sobre la relación de Dios con Su pueblo. Recordemos que Moisés fue el autor de los primeros cinco libros de la Biblia y no estuvo presente durante la creación de la tierra; entonces ¿Cómo podríamos afirmar que los escritos de Moisés y los demás profetas son veraces?
El Antiguo Testamento se clasificó en tres categorías: La Ley de Moisés, los profetas y los salmos. Jesús después de su resurrección se les apareció a sus discípulos, y les dijo: «Esto es lo que Yo les decía cuando todavía estaba con ustedes: que era necesario que se cumpliera todo lo que sobre Mí está escrito en la ley de Moisés, en los profetas y en los Salmos. Entonces les abrió la mente para que comprendieran las Escrituras» (Lc 24: 44-45). Podemos ver que Jesús menciona estas categorías y afirma que son palabras de Dios, verdaderas y se tenían que cumplir.
Los primeros escritos en forma física fueron en papiro, un material similar al papel que se obtenía de una planta y en papel vitela, el cual era elaborado con pieles de animales secas. Alrededor del año 280 A.C. comenzó la traducción del idioma hebreo y arameo al Idioma griego. A esta traducción se le llamó como Septuaginta (LXX), nombre que se debe a que debía redondearse a 70 el número total de sus 72 posibles traducciones. Este trabajo de traducción termino en el año 100 A.C., fue la versión más usada anteriormente en los tiempos de la iglesia de los apóstoles y fue citada ampliamente por el apóstol Pablo en todas sus cartas.
¿Cómo se iniciaron los escritos del Nuevo Testamento? Los apóstoles a quienes Jesús les había otorgado autoridad escribieron a las iglesias y a los creyentes para alentarlos y guiarlos en la fe. Los propios apóstoles reconocieron que los escritos de los otros apóstoles habían sido inspirados por Dios. Aunque estas obras llegaron a considerarse autorizadas con relativa rapidez, fue hasta el año 327 D.C. que el obispo de Alejandría, llamado Atanasio, escribió una carta en la que se incluían 27 libros del Nuevo Testamento y decía que los cristianos deben considerarlos autoritarios.
En el año 382 D.C. el papa Dámaso asigno a un Sacerdote llamado Jerónimo a elaborar una traducción oficial y definitiva al idioma latín. La traducción de toda la Biblia que incluía el Antiguo y el Nuevo testamento le tomo casi 27 años y fue llamada la Vulgata Latina. Esta se utilizó como la versión estándar de la Biblia en Europa Occidental durante los mil años. Alrededor del año 1,456 se comenzó a aceptar y generalizar el uso de las lenguas vernáculas (idiomas que son productos de otras lenguas, como el castellano). Entre más personas aprendían a leer, más crecía la demanda de la Biblia en estas lenguas. Así, traductores como Martín Lutero, William Tyndale, Casiodoro de Reina y Giovanni Diodati comenzaron a traducir la Biblia a las diferentes lenguas vernáculas.
Podemos decir que Dios comenzó con los escritos, pero ¿De qué manera? Veremos lo que nos dice Éxodo 31:18 «Cuando el Señor terminó de hablar con Moisés sobre el monte Sinaí, le dio las dos tablas del testimonio, tablas de piedra, escritas por el dedo de Dios». Dios mismo inició las Escrituras cuando dio a Moisés las dos tablas de piedras escritas con Sus dedos. También las Escrituras fueron inspiradas por Él, lo encontramos en 2 de Timoteo 3:16 «Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia». Él es el autor principal de la Biblia.
La Biblia es un libro muy antiguo que se ha conservado hasta el día de hoy gracias a los esfuerzos de muchas personas que copiaron y estudiaron manuscritos, y tradujeron textos antiguos a idiomas modernos. Ahora, podemos incluso tener las Palabras del Dios vivo al alcance de un clic. Su devoción es trascendente y mantiene viva la historia del pueblo de Dios.
«Como niños recién nacidos busquen con ansias la leche pura de la palabra. Así, por medio de ella crecerán en su salvación».
1 Pedro 2:2 NBV
Referencias bibliográficas:
Gómez, G. [BITE]. (2018, noviembre 5) Historia de las traducciones de la Biblia (1/2) [Video]. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=bmr9nsUWExI
Writebol, S. (28 junio, 2017). ¿Cómo nos llegó la Biblia?, Portal WEB de https://www.coalicionporelevangelio.org/articulo/como-nos-llego-la-biblia/
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