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¿Cómo mejoro mi tiempo de estudio bíblico?

  • Foto del escritor: Ana Leverón
    Ana Leverón
  • 18 sept 2022
  • 3 Min. de lectura

«¡Meditaré en Tus preceptos, y consideraré Tus caminos. Me deleitaré en Tus estatutos, y no olvidaré Tu palabra».

Salmo 119:15-16 NBLA


Muchas veces queremos respuestas fáciles y rápidas para situaciones que requieren respuestas profundas. Tal es el caso de la lectura de la palabra, muchas veces queremos soluciones rápidas o consejos para leerla eficientemente. Pero, ¿estaremos equivocados al querer definir esa “eficiencia”? Es probable. Nuestro tiempo de lectura requiere muchas cosas que debemos estar dispuestos a dar, pero más que todo debe haber tiempo y esfuerzo. Hoy quiero dejarte, en lugar de consejos, ciertos recordatorios que debes tener en mente para tener un buen tiempo de estudio bíblico.



1. SÉ INTENCIONAL

«Velen y oren para que no entren en tentación; el espíritu está dispuesto, pero la carne es débil».

Mateo 26:41 NBLA


En la víspera a ser entregado, Jesús sube con sus discípulos al monte de Getsemaní a orar. Él les advierte que deben velar y orar para no caer en tentación porque su carne es débil. ¡Lo mismo sucede con nosotros! Nuestra carne es débil y Jesús nos lo advierte. Muchas veces no desearemos hacer ciertas cosas, no deseamos leer la Palabra, ni orar, ni tener comunión con otros hermanos, porque nuestra carne es débil. Necesitamos ser intencionales para tomar nuestra Biblia y deleitarnos en ella aún cuando nuestra carne no lo quiera.


2. SOMOS LLAMADOS A CONOCER LA PALABRA A PROFUNDIDAD

«Esto ha venido a confirmarnos la palabra de los profetas, a la cual ustedes hacen bien en prestar atención, como a una lámpara que brilla en un lugar oscuro, hasta que despunte el día y salga el lucero de la mañana en sus corazones. Ante todo, tengan muy presente que ninguna profecía de la Escritura surge de la interpretación particular de nadie».

2 Pedro 1:19-20 NVI


Somos llamados a ser intérpretes fieles de la palabra profética de verdad, y este punto va muy de la mano con el anterior. El conocimiento de la Palabra es necesario, porque tenemos en nuestras manos las palabras del Dios vivo. La palabra transforma nuestras vidas, trayendo luz y alumbrando aquello que está oscuro. Recuerda que las Escrituras no tienen el significado que yo quiero, el corazón es engañoso, su significado es único y verdadero.


3. ORA ANTES DE INICIAR

«Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, les enseñará todas las cosas y les hará recordar todo lo que les he dicho».

Juan 14:26 NVI


Necesitamos que el Espíritu Santo nos guie al leer la Palabra. Yo n soy soy la autoridad, pero el Espíritu Santo sí lo es. Es él quien nos guiará a la verdad durante nuestro tiempo y nos enseñará. Yo debo reconocer mi ignorancia y el engaño de mi corazón para acercarme sin máscaras a la palabra.


4. APARTA UN TIEMPO CON CALMA Y TRANQUILIDAD

Muchas veces uno de los primeros consejos es “hagan su estudio temprano por la mañana” y es cierto pero muchas veces por motivos que no podemos controlar, las mañanas son apresuradas e intranquilas. Si desde temprano tienes clase o comienza tu jornada laboral, quizá hacerlo demasiado temprano no sea una buena idea. Busca un tiempo en el que puedas tener quietud y tranquilidad para concentrarte totalmente en la tarea de estudiar la Palabra.


5. SI FALLAS, PIDE ORACIÓN Y APOYO

«Lleven los unos las cargas de los otros, y cumplan así la ley de Cristo».

Gálatas 6:2 NBLA


La comunión es necesaria y el cuidado entre hermanos esencial. Las luchas de la vida cristiana no pueden llevarse solas, recuerda que no somos integrantes aislados, al contrario, todos somos parte del mismo cuerpo. Tu camino con Jesús no solo es individual, sino que muchos hermanos lo estamos transitando también. Si tu corazón desfallece o tu intencionalidad falla, recuerda que tus hermanos en la fe pueden apoyarte y orar por ti.


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