La Reforma Protestante
Imagina el principio del siglo XVI, no había celulares, computadoras, ni los medios de difusión masiva que hoy conocemos. Las noticias se transmitían de persona a persona y el conocimiento académico estaba reservado sólo para algunos pocos. Este era un panorama completamente distinto al de hoy, cuando tenemos el acceso a la información —literalmente — en la palma de nuestras manos.
Durante los primeros años del siglo dieciséis, en la Iglesia Católica Romana se promovieron las llamadas «indulgencias». Estos eran una especie de "perdones oficiales" que extendía la iglesia a sus seguidores para que ellos evitaran el purgatorio (lo que ellos llamaban un paso intermedio entre cielo e infierno). En este momento, la Iglesia tenía un estatus político y económico que sobrepasaba a todos los reinos de Europa. Las personas en general no tenían un acceso directo a la Palabra de Verdad, sino que debían escuchar los sermones de obispos, sacerdotes y monjes que obedecían las directrices de la Iglesia a cabalidad. Ellos realmente vivían en oscuridad y bajo supersticiones.
Hablaremos de la vida de Martín Lutero más adelante, pero en 1512, él fue enviado a la ciudad de Wittenberg a estudiar teología y obtuvo un doctorado en esta misma área. Por muchísimos años, ejerció como profesor de teología, y con muchas inquietudes en su corazón, comenzó a leer y escudriñar la Biblia. Lo que encontró en sus páginas fue realmente explosivo.
Ya hacia 1571, el papa Leo X, dio la orden de vender indulgencias. Estos «perdones» se extendían a todos los feligreses que podían permitirse comprarlos. Sin embargo, esto impactó fuertemente a Lutero, quién un 31 de octubre de 1571, envió una carta importante al arzobispo Albrecht de Mainz (en Magdeburgo, Alemania), incluyendo las famosas 95 tesis, donde planteó su oposición a esta práctica. Uno de los custodios de la Iglesia clavaría estas tesis en la puerta de la Iglesia de Wittenberg, ya que, durante este tiempo, las puertas de las iglesias servían como una especie de boletín informativo para sostener debates entre los estudiantes de la universidad.
En ese momento, sin que Lutero lo supiera, nació la Reforma Protestante tal y como la conocemos. Esta sacudió completamente los cimientos de la antigua Iglesia Romana y permitió sentar algunas de las bases reformadas de la teología cristiana. La Reforma buscaba establecer quién determinaba lo que es verdad y reconocía lo que Dios verdaderamente es. Esta es una hermosa historia de transformación, en la cual Dios usó Su Palabra de Verdad para no solamente hacer cambios externos, sino un cambio genuino del corazón que permitiera voltear nuestros rostros a Cristo y Su sacrificio.
«Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá».
Romanos 1:17
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