En los Evangelios de la Biblia (Mateo, Marcos, Lucas y Juan) leemos numerosos encuentros que ciertas personas tuvieron con Jesús. Cada uno de estos, si los leemos y meditamos con profundidad, nos revelan grandes misterios que ocurren en el momento que la vida de una persona es transformada debido a ese especial encuentro con Dios. Así que, en esta ocasión, conoceremos cómo ocurrió este milagro en la vida de un hombre llamado Zaqueo, y podremos observar que esta historia es un claro ejemplo de que cada persona que ha tenido un encuentro con Dios, ha sido elegida por Él.
Zaqueo era un hombre rico que se encaramó en un árbol debido a que una gran multitud y su pequeña estatura, le impedían ver quién era Jesús. ¡Él anhelaba verlo! Y lo más sorprendente de esta historia, es que Jesús también deseaba encontrarle, y le conocía por su nombre. Así que lo encontró y lo llamó, para luego quedarse en su casa. Sin embargo, a la multitud no le agradó este encuentro, debido a que Zaqueo era jefe de los recaudadores de impuestos y no tenía buena fama.
Pero Jesús conocía realmente a Zaqueo, y lo había elegido para salvación. Él sabía que Zaqueo le recibiría con gozo en su casa:
«Pero Zaqueo, puesto en pie, dijo a Jesús: “Señor, la mitad de mis bienes daré a los pobres, y si en algo he defraudado a alguien, se lo restituiré cuadruplicado”. “Hoy ha venido la salvación a esta casa”, le dijo Jesús, “ya que él también es hijo de Abraham; porque el Hijo del Hombre ha venido a buscar y a salvar lo que se había perdido”» (Lucas 19:8-10).
¡Jesús sabía que Zaqueo se arrepentiría y sería salvo! Aquí vemos que es nuestra respuesta al llamado que Dios nos hace, lo que realmente marca la diferencia en nuestras vidas: «Porque muchos son llamados, pero pocos son escogidos» (Mt 22:14 NBLA).
Zaqueo es un nombre hebreo que significa «puro, inocente», y Jesús lo confirma al decir que es un hijo de Abraham.
Hoy, toma un tiempo para reflexionar en el asombroso hecho de que tú y yo también hemos tenido un encuentro con Jesús, y hemos sido escogidos para salvación, para ser Sus hijos.
Sí, Él te buscó y te encontró. Te llamó por tu nombre, el cual ahora está escrito en el libro de la vida. La historia de Zaqueo nos hace ver que, a pesar de los obstáculos que nos puedan impedir ver a Jesús y en ocasiones nos hacen estar perdidos en este mundo, Él siempre nos busca y nos encuentra; pues ha venido precisamente a esto: a salvar a todo aquel que está perdido y que crea en Su nombre.
Si tu vida ha sido trasformada por Jesús y ahora le perteneces a Él, nunca olvides que:
Jesús ha conocido todas tus fallas, errores y pecados. Aun así, Él ha elegido salvarte. «Incluso antes de haber hecho el mundo, Dios nos amó y nos eligió en Cristo para que seamos santos e intachables a sus ojos. Dios decidió de antemano adoptarnos como miembros de su familia al acercarnos a sí mismo por medio de Jesucristo. Eso es precisamente lo que él quería hacer, y le dio gran gusto hacerlo». (Ef 1:4-5 NTV)
Los resultados de un verdadero encuentro con Jesús son visibles para todos los que nos rodean, pero no serán del agrado de todos. Aun así, sabernos elegidos por Dios, y no por el mundo, es lo que realmente importa ahora. «¿De qué les sirve ganarse el mundo entero y perder la vida eterna? ¿Habrá algún valor terrenal que compense la pérdida del alma?» (Mt 16:26 NBV)
Zaqueo, al igual que otros personajes de la Biblia, nos representan a todos los creyentes de todos los tiempos que hemos sido elegidos, encontrados y salvados por la inmensurable gracia e inagotable amor de un Dios que no escatimó perder Su vida, para ganar la nuestra (Jn 3:16).
Recuerda: ¡Eres elegido por Dios!
«El que no negó ni a Su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también junto con Él todas las cosas? ¿Quién acusará a los escogidos de Dios?».
Romanos 8:32-33a NBLA
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