Este libro fue escrito por el apóstol Lucas, y además, lleva su nombre. Relata en orden cronológico y de forma exacta los hechos de la vida de Jesús, y además, lo presenta como el Salvador del mundo; se cree que fue escrito durante la primera prisión romana del apóstol Pablo.
Se diferencia de los otros evangelios, en destacar la universalidad del cristianismo, es decir, hace notorio a Jesús como el Señor y mesías no solo entre judíos, sino entre los grupos más vulnerables de aquella época, o a quienes la sociedad daba la espalda debido a la condición social, origen, raza y género. Lucas fue médico, era compañero cercano del apóstol Pablo, y dedicó este evangelio a Teófilo. El evangelio de Lucas, se caracteriza por presentar a Jesús como el hombre ideal o perfecto, el verdadero representante de la raza humana.
Autor y destinatarios:
El autor es el apóstol Lucas, quien también escribió Hechos de los apóstoles, ya que el estilo del lenguaje de ambos ofrece suficiente evidencia que fueron escritos por la misma persona. Lucas fue médico y también fue un compañero cercano de Pablo (Colosenses 4:14; Filemón 24; 2 Timoteo 4:11). Este evangelio fue dedicado a Teófilo, quien también aparece como destinatario del libro de Hechos de los Apóstoles.
Cuándo y dónde fue escrito:
Fue escrito en los años 70 d.C. Otros señalan que fue escrito antes que Hechos, y que fue redactado durante la primera prisión romana de Pablo, alrededor del año 63 d.C.
Género literario:
Es una narración prosaica, y el tercer evangelio, según el orden cronológico de la Biblia.
Temas centrales:
Presenta a Jesús como el Salvador del mundo, y no sólo como un mesías judío, ya que intenta ofrecer a todos los creyentes la seguridad que el cristianismo no es uno de los muchos sistemas especulativos a la búsqueda de valores teológicos o éticos, sino un movimiento vinculado a un acontecimiento histórico.
Su contenido demuestra la universalidad del cristianismo, es decir hace énfasis en que el evangelio no solo es para judíos, sino para todos los pueblos, razas y condiciones sociales (griegos, romanos, samaritanos; no solo hombres, sino mujeres, incluyendo viudas y prostitutas). Ejemplos de su universalidad, son:
Relata el nacimiento de Jesús en un contexto romano, para demostrar la significancia de este para todos los pueblos, y no solo a los judíos.
Incluye parábolas que no se encuentran en otros evangelios, para representar esta universalidad del cristianismo (Lucas 7:36-50; 15:1-32, 19:1-10; 23:39-43).
El propósito de Lucas es presentar en orden (Lucas 1:3) todas las cosas que Jesús comenzó a hacer y enseñar (Hechos 1:1), y de forma exacta y veraz.
Pone en claro que Jesús representa la consumación de las expectativas del Antiguo Testamento sobre la salvación.
¿Cómo refleja este libro a Cristo?
Presenta a Jesús como Salvador del mundo, el profeta cuyo papel es equivalente con el de siervo y mesías.
Presenta a Cristo como el “Hombre ideal”, para destacar su humanidad o como el Hombre perfecto, el verdadero representante de la raza humana; junto con la expresión de “Hijo de Dios” que subraya su deidad.
Afirma la identidad mesiánica de Cristo y la naturaleza de su mesianismo. Vemos esto reflejado en expresiones como “el Hijo de David”, “el Hijo del Hombre”, “el siervo sufriente que fue contado con los inicuos”.
Jesús es el Señor exaltado, mencionado 18 veces; destaca este título aún durante su ministerio terrenal, que adquiere nueva significación después de la resurrección.
Caracteriza a Jesús como el amigo de los desheredados, ya que muestra a un Jesús que muestra compasión por aquellos a quienes la sociedad ha marginado (pecadores públicamente reconocidos, samaritanos, gentiles, pobres; sobresale su actitud positiva y sensible hacia la mujer en esa época, donde el patriarcado predominaba).
¿Por qué leer el evangelio de Lucas?
El creyente o discípulo de Cristo, debe y necesita conocer detalladamente y a profundidad, la vida de su líder, Señor y Salvador. Lucas presenta a Jesús con características únicas que los otros 3 evangelios no. Al conocer a Jesús, su vida y ministerio aquí en la tierra, nos encontramos con el hombre perfecto, quien es el único digno de ser llamado representante de la raza humana, y es el ejemplo perfecto en todo, para nosotros sus seguidores, quienes hemos sido llamados a ser sal y luz en un mundo donde las tinieblas prevalecen, y que una vez que hemos muerto y resucitado en Cristo, se nos es impartido el mismo poder que resucitó a Cristo de entre los muertos, para modelar su vida aquí en la tierra y anunciar las virtudes de aquel que nos trasladó de las tinieblas a su luz admirable (1 Pedro 2:9-10).
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