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Selah: ¡Detente para avanzar!

Actualizado: 28 may 2024

«Pero un samaritano que iba de viaje por el mismo camino, se acercó al hombre y, al verlo, se compadeció de él».

Lucas 10:33 NBV


Cuando corremos en una carrera usualmente solemos creer que, solo corriendo, sin descansar es que podemos llegar a la meta y que, al llegar a nuestro cometido, hasta en ese momento podremos ayudar a los demás.


Te hago una pregunta: Si ves que un compañero se cae en medio de la carrera, ¿Tomas una pausa y le ayudas a levantarse o continúas corriendo para ser el primero en llegar a la meta?


En Lucas 10:25-37, leemos la Parábola del Buen Samaritano que Jesús contó. Un hombre que fue atacado y robado por unos ladrones iba medio muerto por el camino y fue ignorado por algunas personas que decidieron continuar su carrera, en lugar de ofrecerle ayuda. Sin embargo, llegó un buen samaritano que le recogió, curó sus heridas y lo cuidó durante la noche.


En esta parábola podemos ver cómo a este muchacho se le demostró amor, ayuda y compasión. Así mismo, podemos ver como un samaritano que iba corriendo su carrera, se detuvo un momento, para ayudar a alguien más y así llegar a la meta juntos. Aunque el samaritano gastó tiempo, insumos y dinero en el necesitado, le ayudó a llegar a este otro a una meta que quizás nunca hubiera podido llegar solo. 


¿Sabes? Así es la historia con Jesús. Él murió y pausó Su carrera, para que todos, literal, pudiéramos algún día terminar la nuestra de Su mano. Jesús descansó en la promesa de que Dios lo iba a resucitar, y que juntamente con Él, también algún día, lo haríamos todos los que hemos creído en Él (nuestra meta espiritual). Ciertamente, aquel que se detiene es quien avanza más, ya que ayuda a que otros también lo hagan; y el que llega acompañado de esa manera a la meta, tiene mucho más valor que el que llega solo queriendo reclamar su premio.


En estas circunstancias en donde pausamos y descansamos para ayudar a los demás debemos tener en claro que:


  1. Dios otorga nuestro descanso con un propósito Pero no para tirarnos a la haraganería, sino para que podamos ayudar a otros con lo poco o mucho que podamos hacer. Dios quiere que seamos el puente o canal por medio del cual Él puede llamar a otros a continuar o a empezar la carrera con Jesús.

  2. Dios proveerá lo necesario para ayudar Muchas veces pensamos que lo que tenemos o los bienes con los que contamos son solo para beneficio de uno mismo y nos volvemos egoístas al momento de pensar que pueden ser usados para beneficio de alguien más. El buen samaritano le dio al necesitado de su vino, aceite, vendaje, un lugar en su caballo y alojamiento; claramente fue Dios quien le proveyó de todo esto para que él pudiera ofrecerle ayuda al necesitado. No creamos que necesitamos mucho para ayudar a otros, simplemente con el hecho de compartir el evangelio de Jesús estamos ayudando tanto a alguien para su bienestar temporal y eterno.

En conclusión, toda persona que quiera avanzar en el camino y carrera de la fe, debe detenerse a ayudar a los demás, ya que este es el propósito y la voluntad de Dios, demostrando así que Él es quien suple necesidades aun estando en temporada de descanso en la tierra, pero de mucho avance en el cielo.



El mandamiento más importante

—Maestro, ¿Qué debo hacer para heredar la vida eterna? El hombre contestó: —“Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu fuerza y con toda tu mente” y “Ama a tu prójimo como a ti mismo”.—¡Correcto!— le dijo Jesús—. ¡Haz eso y vivirás!

Lucas 10:25,27-28 NTV

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