¿Cuándo fue la ultima vez que pausaste tu vida? Aunque esta pregunta suene un poco inusual y pensemos que es imposible hacer algo así, en términos espirituales es una acción más común de lo que pensamos. «Selah» es una palabra que leemos en muchas ocasiones en los Salmos de la Biblia, y únicamente tres veces en el libro de Habacuc.
En los Salmos, los cuales fueron escritos como oraciones que eran cantadas, la palabra «Selah» era interpretada como una connotación musical y litúrgica que indicaba al director del coro que se ejerciera una pausa en medio del canto para que las voces e instrumentos se detuvieran, o para que el público pudiera responder a lo dicho anteriormente.
Pero esta pausa también tiene un significado para nuestra vida espiritual, ¿Qué nos recuerda a ti y a mi Selah?
1. Nos recuerda nuestra necesidad de escuchar la voz del Buen Pastor
«Mis ovejas oyen Mi voz; Yo las conozco y me siguen».
Juan 10:27 NBLA
Hacer una pausa en nuestras vidas para considerar si en realidad estamos viviendo dentro de la voluntad perfecta de Dios es algo que, como ovejas dependientes de Su Pastor, debemos hacer en ciertas ocasiones.
¿Alguna vez te has preguntado por qué la Biblia nos compara con los animales más dependientes que existen? Esto es debido a que los seres humanos sin Su Creador no pueden realmente vivir según el diseño original de Dios en un mundo caído. En cambio, los incrédulos sí pueden sobrevivir en este mundo, debido a que han elegido el camino ancho, y no el camino angosto guiado por Jesús que ciertamente conduce hacia la vida eterna (Mt 7:13-14).
El Espíritu Santo, Dios mismo en nosotros, muchas veces nos conducirá a un Selah para detener nuestras ocupas vidas de todo el ruido alrededor nuestro, para que seamos conducidos a verdes pastos que solo podremos experimentar al escuchar Su voz, si nos detenemos y aquietamos nuestro ritmo de vida (Jn 10:9, Sal 23:1-2).
2. Nos recuerda cuál es el verdadero avance del Reino de Dios
«Porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia y paz y gozo en el Espíritu Santo».
Romanos 14:17 NBLA
Muchas veces el fuerte ruido a nuestro alrededor y el no-detenernos, de manera inevitable y casi inconsciente nos hará seguir la corriente de los demás. Esto sucede tanto en el mundo, como en la Iglesia.
En Romanos capítulo 14, el Apóstol Pablo explica sobre el verdadero significado del Reino de Dios. La iglesia en Roma solía distraerse y traer confusión a los demás creyentes al enfocarse en discusiones y cosas meramente superficiales. Y en el versículo 17, Pablo les explica claramente que el Reino de Dios consiste en nada más y nada menos que en la justicia (dedicarse a hacer el bien y a una vida de rectitud), en la paz y en el gozo (una vida que refleje el fruto y la alegría sobrenatural de vivir una relación genuina con Jesús); todo esto en el poder que únicamente está en el Espíritu Santo.
Y ese es el mismo poder en el que debe obrar y avanzar el Reino de Dios a través de la Iglesia. Es el poder del Evangelio de Jesucristo. Del cual, podemos ser fácilmente desviados por obra del enemigo si no optamos por vivir una vida centrada en Jesús y Su Evangelio. Su poder a través del Espíritu Santo en nosotros es lo que siempre nos mantendrá en el camino verdadero (Jn 16:13).
Reflexiona
¿Necesitas nuevas fuerzas para avanzar en tu llamado? ¿De qué manera puedes hacer una pausa para escuchar lo que Dios quiere decirte hoy?
Si el ministerio de Jesús consistía en: 1) predicar el evangelio a toda criatura y 2) sanar toda dolencia del pueblo, ¿En qué debes orientar también tú el ministerio que Dios te ha confiado?
Nunca olvides las Palabras de Jesús: «No todo el que me dice: “Señor, Señor”, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de Mi Padre que está en los cielos» (Mateo 7:21).
Ministerio de Jesús
«Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, proclamando el evangelio del reino y sanando toda enfermedad y toda dolencia. Y viendo las multitudes, tuvo compasión de ellas, porque estaban angustiadas y abatidas como ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a Sus discípulos: «La cosecha es mucha, pero los obreros pocos. Por tanto, pidan al Señor de la cosecha que envíe obreros a Su cosecha». Mateo 9:35-38 NBLA
«…Ve y haz tú lo mismo…»
Lucas 10:37 NBLA
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