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Foto del escritorAndrea Moreno

¿Trigo o cizaña?

«Pero los que obedecen a Dios brillarán en el reino del Padre como brilla el sol. ¡Ustedes, si en verdad tienen oídos, presten atención!».

Mateo 13:43 TLA



Jesús solía enseñar a sus discípulos y a las personas a través de parábolas. Estas eran historias cortas que revelaban los misterios del reino de Dios y enseñaban un principio espiritual. La parábola del trigo y la cizaña también es nombrada en otras versiones como «la mala hierba y el trigo». La leemos en Mateo 13:24-30, y encontramos su explicación más adelante, en los versículos 37 al 43. El mensaje central de esta parábola es que el reino consumado de Dios será diferente al actual: donde los hijos de Dios y los hijos de Satanás viven juntos en la sociedad. Puesto que el reino de Dios existirá en un medio perfecto donde sólo se hallarán los hijos del reino de Dios. La leemos a continuación:


Jesús les puso este otro ejemplo: «En el reino de Dios sucede lo mismo que le pasó a uno que sembró, en su terreno, muy buenas semillas de trigo. Mientras todos dormían, llegó su enemigo y, entre las semillas de trigo, sembró semillas de una mala hierba llamada cizaña, y después se fue. »Cuando las semillas de trigo produjeron espigas, los trabajadores se dieron cuenta de que también había crecido cizaña. Entonces fueron a donde estaba el dueño del terreno, y le dijeron: “Señor, si usted sembró buenas semillas de trigo, ¿por qué también creció la cizaña?” »El dueño les dijo: “Esto lo hizo mi enemigo”. »Los trabajadores le preguntaron: “¿Quiere que vayamos a arrancar la mala hierba?” »El dueño les dijo: “¡No! El trigo y la cizaña se parecen mucho, y a lo mejor ustedes van y arrancan el trigo junto con la cizaña. Mejor dejen que las dos plantas crezcan juntas. Cuando llegue el tiempo de la cosecha, podremos distinguir cuál es el trigo y cuál es la cizaña. Entonces enviaré a los trabajadores para que arranquen primero la cizaña, la amontonen y la quemen. Luego recogerán el trigo y lo llevarán a mi granero.”» (Mateo 13:24-30 TLA)

Jesús enseñó esta y otras parábolas a una multitud que se reunía a oír sus enseñanzas. Pero fue sólo a sus discípulos a quienes ofreció una clara explicación de ella:


«Jesús les dijo: "El que siembra la buena semilla de trigo soy yo, el Hijo del hombre. El terreno es el mundo, y las buenas semillas de trigo son todos los que obedecen las leyes del reino de Dios. Las semillas de cizaña son los que obedecen al diablo, que fue quien las sembró en el mundo…»

Mateo 13:37-39a TLA


¿Soy trigo o cizaña?

No debemos enfocarnos solamente en que el trigo son los cristianos y la cizaña los inconversos, pues el trigo y la cizaña son en realidad muy parecidos, y sólo pueden ser diferenciados hasta el tiempo de cosecha. ¿Qué significa esto? Debemos ser conscientes de que el hecho de ir a la iglesia o realizar buenas obras, puede dar la sensación de que estamos en el camino correcto, pero sólo si realmente vivimos una vida con frutos dignos de arrepentimiento, y creemos en el Señor Jesús como el amo absoluto de nuestra vida, podremos decir al final que hemos culminado la tarea que nos ha encomendado Dios en la tierra. La Biblia nos dice que no todo el que dice: «Señor, Señor» entrará en el reino de los cielos, sino solo el que hace la voluntad de Dios (Mt 7:19-21).

Continuamos leyendo la explicación:


«…El tiempo de la cosecha es el juicio final, y los trabajadores que recogen la cosecha son los ángeles. Cuando Dios juzgue a todos, será como cuando se arranca la mala hierba y se quema. Yo, el Hijo del hombre, enviaré a mis ángeles para que saquen de mi reino a todos los que hacen lo malo y obligan a otros a hacerlo. A esas personas, los ángeles las echarán en el infierno, y allí tendrán tanto miedo que llorarán y les rechinarán los dientes. Pero los que obedecen a Dios brillarán en el reino del Padre como brilla el sol. ¡Ustedes, si en verdad tienen oídos, presten atención!».

Mateo 13:39b-43 TLA


¿Cómo sé si soy verdaderamente trigo?

Es sumamente importante examinar nuestra vida espiritual. Ser «trigo» o ser cristiano, es realmente vivir para Dios, obedeciendo Su Palabra con la ayuda de su Santo Espíritu. El verdadero creyente ha nacido de nuevo y ha recibido un nuevo corazón que busca y se deleita en cumplir la voluntad de Dios. Es curioso como el trigo debe ser probado para ver si realmente es trigo, y lo mismo pasa con nuestra fe, pues debe ser refinada como el oro para ser merecedora de aprobación, gloria y honor cuando Jesucristo aparezca (1 P 1:7). Ten en cuenta que las pruebas llegarán a tu vida no solo para probar tu fe, sino también para fortalecerla. Así que, que durante la prueba, mantengámonos firmes, recordando que fiel es el que hizo la promesa (He 10:23).


«…Nosotros esperamos con entusiasmo los cielos nuevos y la tierra nueva que él prometió, un mundo lleno de la justicia de Dios».

2 Pedro 3:13 NTV


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