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Foto del escritorSusan Ochoa

¡Un buen amigo te puede cambiar la vida!


«Y esta es la confianza que tenemos delante de Él, que si pedimos cualquier cosa conforme a su voluntad, Él nos oye».

1 Juan 5:14 LBLA


Le pedimos de todo a Dios... por un trabajo estable, por una prueba que estamos a punto de realizar, pedimos que nos guarde, por nuestra salud; esto no está mal. ¡Sigamos haciéndolo! Pero, ¿se te ha cruzado por la mente pedirle a Dios por amigos que nos ayuden a deleitarnos en Él?


Siempre he creído que Dios provee y en este caso Él provee amistades para nuestro caminar. Él nos conoce mejor que nosotros a nosotros mismos, Él sabe lo que necesitamos, pues Él nos creó. ¿En qué momento se nos pasa por la mente que nosotros sabemos mejor lo que necesitamos en lugar de Dios mismo? ¿No parece eso una actitud autosuficiente? Retrocedamos a la caída, vámonos al comienzo, donde el ser humano pensó que sabía lo que necesitaba. Está en nuestra naturaleza elegir cosas que parecen placenteras pero que no lleven a ningún bien, y la amistad también cae en esta área.


Mira a tu alrededor y pregúntate, ¿mis amigos cercanos realmente aman a Dios sobre todas las cosas? Si la respuesta es sí, ¡Gloria a Dios! Espero que estén edificando a muchas personas por medio de su amistad y afilándose los unos con los otros. Si tu respuesta es no, te animo a leer 1 Juan 5:14 y pedirle a Dios que provea personas para que perseveren en la fe juntos.


No está en nuestro diseño vivir una vida aislados, sin personas a nuestro alrededor. Leí de un escritor lo siguiente:


«Este mundo está lleno de tristeza porque está lleno de pecado. Es un lugar oscuro. Es un lugar solitario. Es un lugar decepcionante. El rayo de sol más brillante es un amigo. La amistad reduce a la mitad nuestros dolores y duplica nuestras alegrías». -J.C. Ryle

Comparto mucho su pensamiento, una buena amistad fortalece mucho el ánimo y muchas veces fortalece nuestra fe. Ahora, para ser un buen amigo, tenemos que saber que en cualquier amistad que establezcamos, no tenemos que entrar como consumistas, sino como servidores. Si solo deseas recibir en una amistad, desde ya estás entrando con el pie izquierdo. Pregúntale a tus amigos en qué puedes servirles, te vas a sorprender de sus respuestas, y al tener esa actitud realmente estás edificando sus vidas, ya que en el mundo solo se acostumbra a recibir, pero muy difícil a dar.


Por medio de una amistad se pueden definir muchos caminos en nuestra vida. No des por sentado el tema de las amistades, ni le quites el cuidado. El afán no puede definir quienes quedarán en tu vida. Tomate un momento para reflexionar con quienes estás caminando, y recuerda que Dios no solo nos perdonó por medio de Jesús, sino que también se hizo amigo; un amigo que los enamoró a salvar almas, se lo dice Jesús a sus discípulos en Juan 15:12-15.


«Este es Mi mandamiento: que se amen los unos a los otros, así como Yo los he amado. Nadie tiene un amor mayor que este: que uno dé su vida por sus amigos».

Juan 15:12-13 NBLA






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